Son muchas las personas que quieren conseguir un bronceado o una piel morena sin estar mucho tiempo tumbado al sol o exponerse a los efectos adversos de la radiación solar. Por este motivo, los bronceadores o autobronceadores se han convertido en la opción ideal para aquellos que quieren lucir una piel dorada tanto en verano como en invierno. Se tratan de cosméticos que al aplicarlos sobre la piel aportan el tono del bronceado natural durante un tiempo. Los autobronceadores no son permanentes y su durabilidad depende de su composición y modo de uso.
Normalmente, se eliminan directamente con agua y jabón, en cierto modo son maquillajes para la piel o tintes. Los más duraderos no se eliminan tan fácilmente, por su composición en DHA, aportan color más permanente en la piel. La dihidroxiacetona (DHA) se trata de un carbohidrato que se obtiene de forma natural en la remolacha o la caña de azúcar, también se puede obtener de forma sintética por oxidación del glicerol.
La DHA tarda unos 45 minutos en reaccionar y hasta las 2 horas no podemos ver el efecto completo. La piel se renueva totalmente cada 35-40 días y es el tiempo que va a tardar en perderse totalmente el producto si no se elimina de alguna otra forma antes. Dependiendo del tipo de composición, estos productos presentan una concentración que suelen ir del 1 al 15% aunque lo más habitual es la del 3 al 5%.
Los autobronceadores no son perjudiciales y en los últimos años se ha mejorado su composición, facilitando la aplicación, una absorción más rápida y, un tono más luminoso y natural. Antes de aplicar el bronceado, es importante exfoliar e hidratar la piel para lograr un resultado uniforme. Especialmente, hay que cuidar las zonas con más tendencia a pigmentarse en exceso como rodillas, codos o tobillos.
El bronceador no estimula la melanina, es decir, no genera color de forma natural. Por tanto, es importante que el bronceador contenga protección ultravioleta o usar algún tipo de protector solar, para evitar los efectos dañinos en la piel.
Podemos diferenciar los diferentes productos bronceadores según sus efectos en la piel o el modo de aplicación:
Podemos encontrarnos autobronceadores diseñados en varias texturas. Las más conocidas son en spray, espuma, aceite o stick. Pero también las podemos encontrar en loción, crema o gel. Además, se está aumentando el uso de toallitas bronceadoras para aplicar el producto.
Este tipo de productos actúan en la capa más externa y superficial de la piel y, por si mismo, no producen manchas ni rojeces en la piel. Si aparece alguna es debido a que no se ha aplicado correctamente y desaparecerán a los días cuando desaparezca su efecto. No esta recomendado usarlo en personas con problemas cutáneos como la psoriasis o los eczemas.
En algunas personas con piel seca, aunque se teñirá de forma más rápida y adquiere un color más oscuro, tiene tendencia a resecarse más debido a la perdida de lípidos. En pieles grasas hay que insistir en que en cierto modo este producto ensuciará el poro y habrá que exfoliar la piel en profundidad para eliminar el producto.
Los autobronceadores son productos de fácil aplicación y que no implican ninguna problemática en su uso, pero recomendamos que se sigan una serie de pasos para mejorar sus propiedades:
Entre los bronceadores más vendidos encontramos el St. Moriz autobronceador mousse rápido, que es un autobronceador de efecto rápido. Contiene leche de oliva y vitamina E, permitiendo controlar el todo del bronceado con el tiempo de aplicación.
De la marca St. Tropez encontramos el Gradual Tan Classic everyday body lotion, que es una loción corporal ultra-hidratante que poco a poco crea un bronceado clásico.
Además podemos encontrar toallitas bronceadoras de la marca Comodynes y utensilios que nos ayuden a aplicar correctamente el producto.