Cuando llega el verano y el buen tiempo, muchas personas, quieren tener una piel perfectamente bronceada. La falta de tiempo para tomar el sol o las posibles adversidades que puede ocasionar, han provocado que se busquen alternativas para lograr una piel morena sin necesidad de exponernos al sol.
Los autobronceadores cumplen perfectamente esta función, interactuando con nuestra piel para proporcionarle el color bronceado que tanto deseamos. Estos productos nos proporcionan los mismos resultados que si nos bronceamos al sol, pero de este modo evitamos posibles problemas como las manchas, el envejecimiento prematuro o el cáncer de piel. Funcionan a través de un carbohidrato, denominado DHA, que se puede extraer de la remolacha o la caña de azúcar.
Al ser productos que solamente tiñen la piel, su efecto no suele ser muy duradero. Puede tardar casi dos horas en verse completamente el resultado de su aplicación y recomendamos no ducharnos o mojarnos la piel durante unas 4 horas, para que se asiente el producto en la piel. Su efecto puede durar entre 4 y 10 días, tiempo que tardan en desprenderse las células muertas de la capa externa de la piel. El bronceado desaparece de forma progresiva o bien, podemos exfoliarla para eliminar más rápido el producto. Podemos reaplicar el producto cada tres días, así mantendremos el tono bronceado que deseamos.
Entre los diferentes autobronceadores que encontramos en el mercado, podemos clasificarlos en dos grandes grupos: según sus efectos o según su textura.
El producto autobronceador actúa sobre la capa más externa de piel. Por este motivo, es recomendable exfoliar la piel, antes de aplicarlo. Esta acción provocará que la piel absorba correctamente el producto y dure más tiempo sobre la piel. Debemos incidir en las zonas donde la piel está más seca como los codos y las rodillas. Seguidamente, es importante hidratar la piel para que el producto dure durante más tiempo y evitar que la piel se reseque.
Después de realizar estos pasos previos, podemos empezar a aplicar el autobronceador. Es prácticamente obligatorio el uso de guantes para la aplicación del producto, así evitaremos dar un tono de color a la palma de las manos que no deseamos. Es importante empezar aplicar el producto desde las piernas hasta llegar al escote y los brazos, sin dejarnos ninguna zona del cuerpo.
Al aplicar el producto, debemos prestar atención a que quede repartido uniformemente por la piel, sin dejar manchas o zonas más bronceadas. Debemos estar atentos a la zona de rodillas y codos, para aplicar el producto de forma correcta y retirando el exceso de autobronceador.
Finalmente, hay que recordar que los autobronceadores pueden teñirnos la ropa; por tanto, hay que esperar un tiempo prudencial para que el producto se seque y luego eliminar el resto con una ducha.
La mayoría de autobronceadores no llevan factor de protección, con lo cual si vamos a exponernos a la radiación solar tendremos que utilizar un protector solar adecuado. Utilizando una crema hidratante a diario, evitaremos que la piel se reseque con el uso de los autobronceadores.
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